Si hay algún complemento que siempre me ha apasionado, atemporalmente, ese ha sido el pañuelo para la cabeza. Más que las joyas, más que otra cosa. Tras pasar mucho tiempo en el olvido, el turbante ha vuelto para quedarse. Por lo menos otra temporada más. El verano pasado ya asomó tímidamente, pero en este, ya se proclama el rey.
Los accesorios de moda tienen una historia única y particular detrás. Cada diseño posee una manifestación cultural o religiosa distinta, que se va transformando para dejar su esencia y convertirse en algo mucho más comercial.
Debido a la versatilidad es difícil otorgar un origen al diseño de los turbantes. En la cultura islámica no solo fue útil para protegerse de la arena del desierto, sino que era y es un símbolo de fe muy importante.
Para los practicantes de la cultura rastafari hacer un turbante era toda una demostración de sabiduría, así como llevar el pelo largo era signo de las experiencias vividas.
En la cultura hindú se usan para señalar la posición social, y los hay de varias formas y telas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario