jueves, 2 de mayo de 2013

GURÚ, PELUQUERO Y CONFIDENTE


El matrimonio peluquero - famosa ha traspasado el límite de sus salones para transformarse en una odisea empresarial, que se pasea por la alfombra roja, fiestas y playas. James Brown es ejemplo de esta nueva estirpe de peluqueros it. 
Es el estilista de Kate Moss además de un amigo personal. Comparten vacaciones en Ibiza y juergas varias. Y ha pasado de "amigo de" a casi celebritie dejándose fotografiar con otros amigos como Lilly Allen o Daisy Lowe, entre otros. 

El caso del peluquero Ken Caves y Jessica Simpson ha alcanzado nuevas cotas en la relación estilista - personaje. Ya que llegaron a coprotagonizar el reality The Price of Beauty. 

Sin el componente mediático el inglés Ben Cooke, embajador de Herbal Essences, obtuvo el pasaporte al éxito cuando creó para Victoria Beckham el peinado bautizado como Pob, copiado hasta la saciedad. 
Considerado uno de los pocos amigos de la inglesa, viajaba a España para peinarla todas las semanas.


Pero hay otros peluqueros que hacen un buen negocio al convertirse en imprescindibles oficiales. Es el caso de Jennifer Aniston, que abonó a Chris McMillian , su peluquero durante 15 años, más de 45.000€ para que la arreglase a todas horas. El peluquero voló con ella en primera clase, y se hospedó en los mejores hoteles, para finalmente, hacerle un simple alisado.

Otro caso sonado es el de la cantante Rihanna, que no escatima en gastos para el pelo. Riri no confia a nadie su melena a no ser que se trate de Ursula Stepehen, y por ello le paga una fríolera de 3.000 dólares. Eso si, la estilista tiene una labor del carajo, ya que a la cantante le gusta cambiar casi a diario de look.
Estos días por cierto, abre salón en Nueva York. Se habrá cansado de hacerle de psicóloga a la barbadiense?


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